Tierras Altas, el encanto de lo auténtico

Nos vamos a una tierra donde habitaron dinosaurios, donde los campos guardan historia y tradición, donde la piedra de sus casas convive con el carácter recio de un clima duro y donde su pasado trashumante nos conduce hasta bellos rincones naturales convertidos en improvisados platós de cine y televisión. Eso y mucho más es la zona de Tierras Altas, que curiosamente guarda cierto paralelismo con las HighLands escocesas.  

Al norte de la provincia de Soria se encuentra Tierras Altas. Un paisaje duro y un clima inhóspito en este enclave junto a la cuenca hidrográfica del Ebro y que ofrece al visitante un alto valor patrimonial, natural y cultural que hoy descubriremos en este paseo entre líneas. 

La ‘capital’ de Tierras Altas, la villa de San Pedro Manrique

Calles estrechas y empinadas hacia las que se asoman los voladizos y entramados de las típicas casas blasonadas originarias de los siglos XVI y XVII. Nos encontramos en el punto de partida de nuestro recorrido por Tierras Altas. Un viaje donde resulta imprescindible contemplar los muros de San Pedro El Viejo (ruinas de lo que fue un antiguo monasterio), así como su Plaza Mayor y la Iglesia de San Martín de Tours con el altar de Santa María. Este es el verdadero tesoro patrimonial que guarda con mimo esta localidad de la que uno no puede despedirse sin acercarse hasta la Ermita de la Virgen de la Peña, protagonista de la fiesta del Paso del Fuego. 

Yanguas, junto al río Cidacos, es otro ejemplo de precioso pueblo medieval localizado en un entorno sereno cuyos arrieros incluso aparecen en un pasaje de El Quijote de La Mancha. Hablamos de una de las señas de identidad de Tierras Altas y un municipio declarado conjunto histórico artístico en los años 80. 

Nuestros pasos nos llevan ahora hasta Bretún, donde el camino se torna en colores pardos y azules entre las rocas vivas de un antiguo molino, un lavadero y el gótico de su iglesia. Precisamente estamos recorriendo los mismos senderos de una antigua tierra de dinosaurios. Tierras Altas es conocida por su gran número de Icnitas, las huellas de estos reptiles prehistóricos, lo que ha convertido a la comarca en todo un referente mundial en la materia. 

Despidiéndonos de Tierras Altas

Siempre se ha dicho que la gastronomía y el turismo van de la mano y en la localidad de Oncala esta afirmación es más que cierta. Un paisaje de casas señoriales y verdes prados testigos de su importancia económica entre los siglos XVI y XVIII en gran parte por su tradición ganadera, la Mesta y la trashumancia. De ahí viene el delicioso queso artesanal que podemos probar como perfecto broche de oro para decir adiós a esta escapada por Tierras Altas junto con este fantástico vídeo que puedes ver aquí.

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